Aprendizaje por recepción
En este tipo de aprendizaje el educando adopta una actitud pasiva, de
mero receptor de conocimientos que no tiene, y que le son presentados por aquel
que los posee, el docente, ya elaborados, analizados, sintetizados y
explicados, listos para ser “aprovechados”.
Toda la tarea es del enseñante que se dedica a buscar los contenidos
apropiados al currículum y a la madurez de su curso, y que generosamente hace
llegar del modo más didáctico posible, pero sin esfuerzo alguno para el alumno,
que en el mejor de los casos tomará notas de la explicación del profesor, en
cuyo caso, seguramente podrá hacer un aprendizaje significativo, estructurando
los nuevos aprendizajes con los que ya posee en su estructura mental; y en
otros muchos casos, ni siquiera participará en esa tarea, sino que los
contenidos le serán dictados y el aprendizaje
repetitivo, tenderá a ser lo más común en estos casos, salvo que el
alumno ya haya adquirido la calidad de estudiante
autónomo.
A diferencia del aprendizaje
por descubrimiento, aquí el proceso de enseñanza-aprendizaje se
torna más rápido, y si bien esta forma de aprender no es la conveniente en los
primeros años de la vida escolar, cuando es presentado el material
significativamente en los años en que el alumno ya ha aprendido a prender,
ahorra tiempo, sobre todo en los estudios universitarios, con respecto a los
contenidos teóricos.
Defendido por Ausubel, supone según este autor una forma de lograr el
aprendizaje significativo si está presentado de tal forma que interactúe con
los conocimientos antes adquiridos por los alumnos. Para este autor no se opone
al aprendizaje por descubrimiento, ya que ambos pueden ser o no incorporados
en forma significativa.
Los contenidos
procedimentales y actitudinales
no se aprenden por recepción sino que se descubren en la práctica cotidiana.
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